SE AMA VAMPIRO, SE TRIUNFA DE AMOR.
Creíamos que la infamia generada por las series que colonizan desde hace décadas el imaginario humano (mediante la televisión y el cine, a la vez) había clavado una estaca definitiva en la mente humana en el instante mismo en que lo clavaba en el corazón del vampiro. No somos pocos los que estamos al tanto de la cirugía estética que se ha llevado a cabo sobre el vampiro, traumatizando con la violencia de la civilización de la transparencia su figura, su noche, su demonismo, su rebeldía; una transparencia que extirpa su melancolía secular elevada a insobornable tarea de restitución de un amor retornado en el tiempo, o que aparece y/o reaparece en el tiempo; no somos pocos los que hemos asistido a la reducción del vampiro en un espantajo puesto al servicio de la policía, de la ciencia, del clan, integrándolo en una lógica de la delación y rebajándolo a una adolescencia o juventud tan estúpidas como inofensivas; y de paso, abrasando con la luz del día “post-humano” su erotismo, su irreprimible poder de seducción, su sombra. Hemos llegado a pensar que la ley de los hombres podía acabar con él…
Pero el no-muerto parece resistirse a abandonar su condición, sobreviniéndonos otra vez para hacer entrar en crisis aquello que pudiera ser nuestro sentido, o concepción, o aprehensión del mal. Así es cómo de nuevo la yugular de la moral recibe sus colmillos…
Proponemos, para morir de fascinación, acomodarnos en la oscuridad y ver las dos (o tres) películas que conformarán este ciclo con el que queremos saludar a los vampiros, para ver el sol negro que alumbra unas vidas que invitan, sin paradoja posible, a vivir de fascinación.
Películas:
Una chica vuelve a casa sola de noche.
Año: 2014
Duración: 100 minutos
Dirección: Ana Lily Amirpour
Proyección: 5 de noviembre a las 19:30h en el Ateneo Cooperativo Nosaltres.