Queremos compartir con vosotras la situación de uno de los proyectos que existen en este, nuestro barrio, desde 1996, La Eskalera Karakola.
La Eskalera Karakola empezó hace casi 20 años con la okupación de una antigua fábrica de pan de la calle Embajadores en el barrio de Lavapiés en Madrid. Allí se convirtió en una de las primeras experiencias como casa okupada autogestionada de mujeres y uno de los centros de la actividad feminista madrileña. Como tal, también ha participado durante estos años a repensar el feminismo desde nuevos lugares, con miradas no esencialistas y cuestionando el pensamiento eurocentrista.
Después de 9 años de vida en ese antiguo edificio y tras años de lucha defendiendo nuestra continuidad en el barrio, en 2005 la administración nos alquiló dos locales para nuestro uso y autogestión. Esos locales se sitúan a unas manzanas de la antigua casa. Cuando entramos, los espacios eran completamente diáfanos y todo estaba por hacer, lo elemental (como agua, luz, paredes, suelo, baño…) pero también lo que soñábamos para ese nuevo espacio, como montar un estudio de radio. Decidimos hacerlo todo con nuestras manos, aprendiendo en un proceso apasionante y agradecido pero también muy lento y costoso. Acondicionamos el primer local como espacio de trabajo, sala de reunión y estudio de radio. En el segundo local, pensado como espacio para actividades públicas y talleres de todo tipo, sólo nos llegó el dinero, el tiempo y las fuerzas para hacer lo imprescindible, es decir hacer del local un espacio habitable con agua y luz, paredes y baño. Los dos locales fueron acondicionados para ser totalmente accesibles a personas con diversidad funcional, no por cumplir con ninguna normativa, sino porque la Eskalera Karakola, como espacio público, politico (y también intimo), es habitada en su cotidiano por cuerpos diversos.
Ahora, casi 10 años después, la administración nos pide que llevemos a cabo obras de mejora para cumplir la normativa y poder seguir realizando actividades públicas. Eso significa acondicionar e insonorizar el local B, lo que permitirá disfrutar del espacio sin molestar a las y los vecinos que viven encima.
El objetivo es conseguir hacer las reformas necesarias que nos exige el ayuntamiento y dejar el local de la Eskalera Karakola en concidiciones para acoger a todo tipo de actividades en un ambiente calido y accesible a todxs y con la libertad de saber que no se molesta a lxs vecinxs.
El objetivo básico es conseguir inicialmente los 10.682€ que permitan el aislamiento acústico e insonorización del local.
Si conseguimos el óptimo de 16.851€, además de lo anterior, podremos poner una nueva puerta semiacústica, acondicionar y aislar el baño para que sea también accesible para todas y aislar las ventanas y dejar el local totalmente acabado.
Durante estos años, la Eskalera Karakola se ha mantenido con cuotas de socias, donaciones individuales pero sobre todo con pequeñas aportaciones continuas de los diferentes proyectos que la habitan. Estas pequeñas cantidades nos llegan apenas para cubrir los gastos fijos que generan los locales: alquiler, comunidad, IBI, agua, luz, calefacción… Las obras anteriores que sirvieron para acondicionar los locales cuando se cedieron, se financiaron con aportaciones de las socias y gracias a la cooperación y al trabajo de todas las personas integrantes e simpatizantes del proyecto
¿Que podemos hacer para apoyar?
A nosotras sólo nos queda decir,
¡NO ESTAIS SOLAS!